SOBRE PINTURA TACHIRENSE

La pintura en nuestro estado -en términos numéricos-, posee un mayor porcentaje de creadores a su favor en comparación con otras disciplinas artísticas. Si bien es cierto, existe una deslumbrante fascinación por lo pictórico y una importante tradición en ese campo.

En la pintura, podemos acercarnos al espectro totalizador de: El universo del color, sus infinitas combinaciones y cromatismos logrados; las aguadas; las intervenciones tipo incisiones dentro de la propia materia pictórica; los manejos de textura, atmósferas y relieves; el crudo uso del color en algunos casos y las monocromías atmosféricas; los grafismos, tipografías o textos dentro de la obra; las estructuras de composición sean o no geométricas, y en fin, las posibilidades del juego cerebral-táctil del autor enfrentado a la tela como reto reflexivo y personal. El preámbulo iniciático del boceto o dibujo antes de pintar, hace del hecho pictórico una realidad compleja en sí misma. Por otra parte, existen dibujos pintados o pinturas dibujadas. La libre temática pictórica apertura una cantera de nunca acabar en imaginarios, realidades o registros de la vida hechos obra al óleo, al acrílico, o ante cualquier material para pintar; sea éste petróleo, tierra, guache o quizás, pintura que se convierte en obra mixta al unirse al papel engomado, los alambres que penetran la tela, etc.

El Táchira es quizás, una parte de lo que representa la realidad de la plástica a nivel nacional con sus vaivenes, caídas o debilidades, empujes y renacimientos, así como sus esperanzadores desafíos y utopías. En nuestro caso, también es de reconocer una importante relación histórica y dinámica con nuestra hermana república Colombia. Es decir una interacción entre instituciones y artistas de frontera, sumado a diversos eventos y salones colombo-venezolanos; que hoy tienen su mayor expresión en los Salones Regionales de Oriente, el CONFANORTE, e incluso el Concurso de Pintura del Rotary Club con participación de ambos países.

Según Belkis Candiales, Directora del Museo de Artes Visuales del Táchira MAVET, en su tesis de Postgrado en Museología intitulada “San Cristóbal patrimonio de las artes visuales y del espacio: Una propuesta de Red de Museos para la ciudad”, podemos hallar aportes significativos que dan luces sobre el inicio y desarrollo de la plástica tachirense (Documento que reposa en la Biblioteca del MAVET y en la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. En el inventario y registro de bienes muebles culturales de la ciudad de San Cristóbal -datos ubicados como anexo en el trabajo de tesis mencionado anteriormente-, encontraremos que entre las 1.144 obras inventariadas, la pintura que data entre las de mayor tiempo en tal investigación, es la del creador Solid Ávila, pintada en óleo sobre tela, con título “Juan de Maldonado” y fechada en 1.867 (obra patrimonio de la Alcaldía de San Cristóbal). Tomando además, un fragmento de la entrevista realizada al poeta y promotor artístico Rubén Darío Becerra (como tercer informante en entrevistas igualmente anexas), se puede citar, lo siguiente:

“A nosotros nos correspondió una etapa especial en la segunda mitad del siglo XX, la de fundadores y pioneros del arte organizado en nuestra región, pues si los antecedentes remotos del arte se ubican a mi juicio en las experiencias creativas de nuestros antepasados aborígenes … El padre Francisco Orellana fundó según el historiador Rafael María Rosales, la primera Escuela de Artes y Oficios en el Estado Táchira de Venezuela, en la ciudad de la Grita, en 1579 … La verdad que el verdadero movimiento plástico organizado surge en el mes de Octubre de 1962, con la Fundación de la Escuela de Artes Plásticas en San Cristóbal por iniciativa del Profesor Valentín Hernández … A partir de 1964, los poetas y pintores de la Cueva Pictolírica de la que fui miembro fundador, construyó las bases del arte vanguardista en el Táchira”

Con el paso del tiempo, la pintura que en sus inicios formales respondía a la ejecución de imágenes católicas, personajes u otros encargos; más adelante, fue de la mano del paisajismo a otras vertientes bañadas a su vez, por nuevas tendencias europeas fundamentalmente. Las obras cambiaron así como todo cambia, y la evolución se hizo presente. La imagen en los bastidores de importantes autores se sumergió entonces en la contemporaneidad pictórica progresivamente. Sin embargo, la paleta andina nunca dejó de estar presente en algunos panoramas del costumbrismo regional, sumándose además el surgimiento del Arte Popular o Naïf en nuestro Estado, especialmente en la Grita.

El presente ARCHIVO VISUAL DE ARTISTAS TACHIRENSES, es apenas un primer borrador de registro de autores (aunque todavía incompleto), se nos presenta como un necesario instrumento para el estudio, la evaluación crítica, y formación de una conciencia del trabajador cultural de las artes –docentes o estudiosos- y sobre todo, para el compromiso vital del artista consigo mismo, con la investigación, con la asunción de sus derechos y deberes, y en fin con la exigencia a los entes públicos y privados de una nueva territorialidad amplia y digna para el Arte Tachirense.

Ender Rodríguez, 2009.


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